EL SOLDADO

DESCONOCIDO                                                                                                                  

Nadie nunca jamás supo quién era aquel soldado

sin nombre, sin patria,  solo al dolor consagrado

si bien en el rostro parecía tranquilo y taimado

su mirada bien delataba su corazón desgarrado.

 

Nadie en la tropa sabía la historia de aquel guerrero

ni el origen de su mirada, de su talante tan postrero

Los pocos que le conocían si alguno  le preguntaba

el soldado, con mirada de fiera solo le contestaba.

 

´´Soy el que bate las  armas  en la noche sin luna

soy quien ha hecho de la guerra su propia cuna

soy aquel que se  ha forjado su propia  fortuna

en la que ya esperanza solamente queda una´´

 

Cuando las flechas sobre todos fueron a bailar

y los metales a corta distancia se oían chocar

 aquel soldado fue el primero en avanzar

y por última vez le vieron en batalla entrar.

 

Y mientras en la defensa de su patria le oían gritar

y valientemente su sangre ardiente al suelo derramar

´´Soy el que bate las  armas  en la noche sin luna

soy quien ha hecho de la guerra su propia cuna´´

 

Cuando finalmente su cuerpo  fue encontrado

su escudo descansaba a su izquierda, quebrado

su espada, caída a su derecha, con el filo  astillado

y con  el corazón por una cruel flecha atravesado.

 

Su rostro con una sonrisa estaba por fin adornado.

y es que en su pecho encontraron un sobre cerrado

firmemente por la izquierda sobre él aferrado

por la sangre empapado y por la flecha empalado,

 

Y en aquel sobre había una carta que así decía

´´Espérame, amor mío, espera, a nadie más ames

que como ves muy pronto ha de llegar mi día

por mi no quiero que una lágrima derrames

 

porque estoy segura,  solo te digo, espera

y es entonces cuando en el Cielo nos encontremos

cuando felices y por la eternidad juntos estaremos...

Espera y volverás a ver a tu eterna  y fiel compañera.´´

 

Aquel valiente y desdichado soldado desconocido

 cuando más dura era la batalla resultó caído,

pero todos al fin supieron de su larga y dura espera

y de que el amor de aquel hombre fue su bandera.